Juan Sánchez Lebrero. Psicólogo en San Fernando, Cádiz.

El buen desarrollo de un niño es causa de preocupación para todo padre. Queremos que crezcan sanos y de mayores sean personas independientes y con buen porvenir. Y es que como psicólogo, en la consulta muchos padres me preguntan si están llevando la educación de sus hijos correctamente, y mi respuesta siempre es que hay muchos más factores que predestinan el futuro de los niños de los que creemos, yendo más allá del simple hecho de reñirles o premiarlos. Debemos saber cómo dejar que expandan su creatividad, forjen rasgos de personalidad como la autonomía o la autoestima o le pierdan el miedo a lo desconocido. ¿Y cómo conseguir eso?

Hay ciertas actitudes en la vida que por sí mismas sirven para hacernos crecer como personas. Y en el caso de los pequeños también ocurre así, con la peculiaridad de que son los padres los que los limitan. A veces somos egoístas sin darnos cuenta, y por no dedicar más tiempo a estar atentos a ellos, o por temor infundado a que se hagan daño, no les dejamos hacer ciertas cosas. Aquí os presento algunas de las que hay que dejarles hacer sin más limitación que la de la educación y el respeto.

Que coma solo a veces es complicado, aunque sepa. Es más rápido y limpio para los padres alimentar al niño ellos mismos. Pero en la medida de lo posible, hay que darle esa autonomía al pequeño para que vaya avanzando poco a poco en concentración y autoestima. Se sentirá como un niño mayor e irá pidiendo más independencia.

– Hay que dejar que nos ayude aunque sea engorroso que algo se manche o se caiga, siempre que se le diga cómo se hacen las cosas y no incurra en peligro para el menor, así el niño se sentirá útil y habrá más probabilidades de que sea una persona activa de mayor.

Dejarle que dibuje solo sin estar todo el tiempo encima de ellos hace que desarrollen la imaginación y la expresión de emociones. Es cierto que puede acabar pintando la pared o el sofá, pero esos riesgos pueden minimizarse poniéndoles cierto control y comprando las pinturas adecuadas.

– Es necesario que den su opinión y se les escuche. Aunque sean solo personitas, también tienen sus deseos y pensamientos, y deben al menos ser escuchados y obtener una respuesta adecuada. Hay que ponerse a su altura y explicarles las cosas de manera comprensible, evitando el autoritarismo como primera medida. Fundamental para que se sientan valorados y crezca su autoestima.

– Son niños, así que deben gritar, saltar, correr…o sea, expresarse y jugar. Esto no quiere decir que el niño tenga libertad para hacer todo esto en cualquier lugar, siempre hay que enseñarles dónde y cómo. Pero en casa o en el sitio adecuado, dales rienda suelta. Que se expresen tal y como son, así aprenderán cuando deben reprimirse y cuando no, además de dejarlos desahogarse.

La infancia es un periodo corto dentro de la vida de una persona, pero más importante de lo que podemos pensar. Es donde se forjan las bases de la personalidad, donde se generan los caminos neurológicos que le abrirán puertas de mayor. Es nuestra responsabilidad darles todas las oportunidades.

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