Juan Sánchez Lebrero. Psicólogo en San Fernando, Cádiz.

Como psicólogo veo frecuentemente en consulta a padres de niños que parecen tener problemas de conducta, que desobedecen de forma habitual a sus progenitores, que gritan y se enfadan con frecuencia o que incluso son agresivos cuando se le lleva la contraria. Hay que tener en cuenta que en el desarrollo evolutivo del pequeño es completamente normal que a veces ocurran estas conductas agresivas, desafiantes o desobedientes. Pero cuando estas actitudes son perseverantes en el tiempo o incrementan su frecuencia es cuando tenemos que preocuparnos.

Intervenir a tiempo por parte de los padres, así como la ayuda de psicólogos infantiles en los casos más graves, pueden ayudar a prevenir que un problema de conducta infantil evolucione hacia trastornos más graves en la adolescencia, ya que muchos problemas de delincuencia adolescente y adulta derivan de comportamientos no adecuados y no erradicados en la infancia. Pero ¿cómo se logra hacer cambiar el comportamiento de un niño?

Hay una serie de pautas que siempre hay que seguir, y que a veces se dan por hecho pero no se están realizando adecuadamente. Aquí van algunas de ellas:

– Poner límites a las demandas del niño es esencial para establecer unos hábitos de conducta adecuados. No podemos dejar que tengan todo lo que quieren en el momento en el que quieran, sea cuales sean las consecuencias negativas que repercutan directamente a los padres. Aunque tengamos que aguantar pataletas, no hay que rendirse.

– Mantener un buen vínculo afectivo con el pequeño fomenta la sociabilidad y la autoestima, y esto es fundamental para evitar llamadas de atención o desajustes de comportamiento. Dedicar tiempo suficiente a estar con ellos en edades tempranas, jugar con ellos, prestar atención a sus actuaciones y ejercer el control sobre ellas es necesario además de lucrativo.

– Muy importante es prestar atención al niño cuando se comporta bien pero también lo es retirarle esa atención ante una actitud negativa. La atención que un niño recibe de los adultos juega un papel primordial en el control de la conducta de los pequeños. El comportamiento inadecuado de los niños se desarrolla con frecuencia para llamar la atención de los padres, ya que comprueban que hay una desproporción entre la forma de actuar de ellos cuando se portan mal y cuando se portan bien. O sea, si las actuaciones inadecuadas son las únicas que un padre atiende, el pequeño ante la necesidad de atención reforzará estas en detrimento de las buenas conductas.

– Importantísimo, claridad. Cuando se dan instrucciones al niño, hay que ser claro y preciso. No es lo mismo decirle «pórtate bien», o «no te portes mal», o sea, ser genérico, que decirle exactamente qué es correcto y qué no lo es.

Coherencia y constancia. Un padre que riñe a su hijo por un determinado comportamiento, debe hacerlo siempre que lo detecte de nuevo. Además hay que tener en cuenta que el pequeño observa su entorno y lo imita: no sería correcto desaprobar una conducta que el niño contempla de forma habitual en su familia. Si los demás la hacen, ¿por qué no la va a hacer él? Y esto provoca más su enfado.

– Complicidad y consenso. Es necesario que todos los miembros de la familia y fuera de ella con responsabilidad sobre el niño, apliquen las mismas pautas a la hora de enseñar al pequeño buenos hábitos de conducta. Todos deben permitir, o no, las mismas actuaciones. Sino damos pasos para atrás.

– Como medidas más concretas para conductas determinadas que signifiquen comportamientos intolerables, como pegar, insultar etc, sino resultan las anteriores, además de seguir aplicándolas caben algunas técnicas sencillas que enumeraré solamente para no extenderme demasiado: Retirada de atención, Técnica del tiempo fuera, Economía de fichas e Intención paradójica. La correcta aplicación de las mismas es importantísimo, ya que cualquier desajuste puede tirar por tierra logros ya conseguidos. En próximos artículos escribiré más detenidamente como desarrollarlas.

Hay que tener en cuenta que en determinados casos la ayuda de un profesional cualificado es necesaria para que el problema no se convierta en algo peor. Los pequeños son el futuro y nosotros nos encargamos de llevarlos por el camino correcto.

 

Abrir chat