Juan Sánchez Lebrero. Psicólogo en San Fernando, Cádiz.
La felicidad como término abstracto que es, difícilmente se palpa a nivel físico, aunque desprende un aura que todos buscamos y sabemos percibir. Cuando nos sentimos felices parece que flotamos y que nada nos puede dañar. Nos sentimos llenos. Lamentablemente como psicólogo me encuentro en consulta muchos pacientes incapaces de sentirse bien, y afectados no saben qué hacer para ser felices. Muchos me plantean que el problema no es de ellos, sino de las circunstancias y personas que los rodean y de cómo les hacen sentir. ¿Y realmente ésto es así?
No cabe duda de que si todo fuese idílico alrededor nuestra habría mayores probabilidades de felicidad, pero aun en caso contrario es seguro que ella nos atrapará si somos capaces de seleccionar nuestra actitud ante quién y qué nos rodea, ante la vida. Somos nosotros mismos a veces quienes nos colocamos barreras que nos impiden ver el sol, y eso debe empezar a cambiar. Ahí van algunas de ellas.
– No ponerse metas en la vida hace que no sepamos qué camino elegir, para dónde tirar, y eso nos perturba. Hay que elegir siempre con realismo y sentido común, y aunque a veces no sepamos que queremos, seguro que sí sabemos lo que no queremos, y eso ya es un importante objetivo.
– Compararse constantemente con los demás sin saber apreciar lo que tenemos suele ser motivo de angustia. Cada persona tiene sus circunstancias y eso marca los logros, y nosotros seguro que tenemos más de lo que pensamos. De todos modos si queremos algo mejor, fijémonos otra meta más y trabajemos en ello.
– Todos tenemos problemas. Menores o peores, pero todos. La diferencia la marca la manera de manejarlos. Podemos huir de ellos o afrontarlos buscando soluciones, pero si huimos prácticamente siempre llevaremos las de perder.
– El tiempo es muy valioso, y cuando lo perdemos nunca vuelve. No lo malgastemos innecesariamente con quién no lo merece. Tampoco lo utilicemos para hacernos mal, como por ejemplo sintiéndonos culpables, ya que aunque ésta es una emoción necesaria para no repetir errores debe estar limitada en el tiempo. Si sólo vives para arrepentirte del pasado nunca vivirás para disfrutar el futuro. Gasta tu energía en el presente no cometiendo errores anteriores.
– Buscar la pareja perfecta no es real. No existe la perfección, y menos aun tras el periodo de enamoramiento. Pero sí existe la complementariedad, el cariño, la pasión…incluso los pequeños defectos son buenos cuando nos habituamos, y hacen de nuestra pareja algo perfecto para nosotros. Eso es felicidad.
– Otro error común es intentar agradar a todo el mundo, eso no es posible. No sólo eso, sino que al hacerlo moriremos en el intento, nos desgastaremos, y nos sentiremos infelices.
– De media nos pasamos una tercera parte de nuestra vida trabajando, así que dedicarnos a algo que no nos gusta probablemente matará nuestra felicidad. Vivimos tiempos en los que poco trabajo hay para elegir, pero podemos dirigir las metas de las que hablábamos al principio a formarnos o a aprender, y cuando así salga una oportunidad cazarla.
– Ser una persona negativa o preocuparse demasiado por las cosas suele hacer que nos sintamos mal. Y no es cuestión de brujería, simplemente es que nuestro estado de ánimo baja porque sólo filtramos ese tipo de información, convirtiéndose ésto en un círculo vicioso del que hay que salir. Piensa en positivo.
Si seguimos estas indicaciones seguro que poco a poco nos iremos sintiendo mucho mejor, hasta el punto en que dejemos atrás nuestra infelicidad, y es que hay que crecer con perspectiva para avanzar. Seguramente se os ocurran más tendencias negativas que añadir a la lista, así que si os apetece tenéis espacio en los comentarios para dejar vuestras impresiones. ¡A vivir, que son dos días!
No te tomes a pecho la vida k al final terminaras muerto. Vive y disfruta, piensa en positivo y lucha por lo k quieres. Eso he aprendido e intento cada dia ponerlo en practica.